viernes, 25 de mayo de 2012

EL ESPACIO ESCÉNICO Y EL ESPACIO TEATRAL.


EL ESPACIO ESCÉNICO Y EL ESPACIO EATRAL.

Ambos términos pueden darnos la idea de que se trata de una solo cosa, pero queremos precisar que no es así. El espacio teatral, es parte de lo que es la arquitectura, es decir, es espacio teatral será la sala, el teatro, como edificio, el foro, propiamente hablando, donde se desplacen los personajes. En conclusión, el espacio teatral será el área de trabajo actoral donde se representa o actúa una obra dramática.
Cuando hablamos de espacio escénico, también estamos hablando de teatro, pero mientras en la primera definición el espacio teatral pudo haber sido una creación del arquitecto, el espacio escénico estamos reconociendo la creación del director o del encargado de la obra. Que pueden ser los mismos actores cuando trabajan en equipo. El espacio escénico es creado por alguien y en él confluyen la totalidad de los sentidos de una obra. Es decir, en el se manifiesta la intención que cada uno de los signos señalan. Los signos pueden ser las palabras escritas  que crean parlamentos, diálogos donde expresen ideas y conflicto. Pero de igual manera un signo es un gesto y el estilo de actuación, lo es de igual manera el diseño del vestuario, la música de ambientación, la iluminación y hasta el tipo de programa de mano que recibimos al entrar a la función. Es decir, todos los elementos que confluyan en la representación escénica nos están diciendo algo. Cuando trabajamos dentro del teatro, cuando hacemos teatro, debemos estar muy atentos a los elementos que se manejan para que cada uno de ellos sugiera o indique lo que nosotros deseamos expresa en realidad.
Sin dudad alguna el espacio escénico, es el lugar donde un actor constituye un personaje. No tiene que ser un lugar definido especialmente, sino que se crea en cualquier parte donde un actor actúe para representar; puede ser el centro de los espectadores, el patio de butacas, o una cuerda que se balancea sobre los espectadores. Su localización depende del concepto básico y general del espacio y de la relación que se establezca entre actores y espectadores.
De esta definición sigue tanto su función práctica como simbólica:
ü  Espacio escénico significa el lugar donde un actor representa.
ü  Significa también el lugar en el que el personaje se encuentra.
   Las actividades y movimientos del actor en ese lugar significan las del personaje en el lugar propuesto por la escena.
   El espacio escénico tiene significado en relación a la sala de los espectadores, pues su forma y condición determinada limita determinadas formas de movimiento; existen escenarios circulares, elípticos, de suelo plano, inclinado; también los materiales del suelo aportan significado y limitan los movimientos, así como sus dimensiones. El escenario se convierte en la posibilidad del actor de realizar determinados movimientos que se interpretan como los propios del personaje.
   El espacio escénico es un elemento imprescindible del código teatral, ya que el actor como cuerpo tridimensional precisa siempre de un espacio. Otras posibilidades adicionales del escenario, como los decorados, los accesorios y la iluminación, son elementos potenciales, pero no imprescindibles.
Para concluir el espacio escénico significa algo más, es el lugar donde ocurre la magia de la transformación, donde se realiza el espectáculo. Es donde el público juega con el actor a creerse que lo que está en ese “espacio” es verdad. Entonces, los árboles de cartón tienen olor vegetal, los plásticos de las ventanas son de vidrios, los paneles de lona adquieren el peso del cemento, del ladrillo o de la madera, los vestidos pintados se transforman en tules, terciopelos, la platina y las lentejuelas en el oro y el poderío de los reyes y reinas, las luces nos anuncian el día, la noche, la lluvia o la tormenta y el agua coloreada es el mejor licor para beber o embriagarse. Aquí el joven actor puede ser un viejo, como el avezado puede ser un niño, un hombre puede ser mujer o una mujer ser pantera, leona o paloma. Es acá, en este espacio que con el apoyo de lo técnico: escenografía, vestuario, maquillaje, luces y sonido, todo adquiere verdad escénica.

LA RELACIÓN  PERSONAJE – ACTOR.

Si consideramos el personaje teatral como el conjunto de rasgos diversos y parte de un sistema más amplio en el que funciona, y afirmamos que este sistema no es sólo textual, sino sobre todo, espectacular, comprendemos que el personaje está destinado a ser visto y no sólo leído. Es de gracias al actor por lo que ese entre abstracto que llamamos personajes adquiere unas dimensiones reales y concretas. Por esta razón entendemos que cuando el lector se enfrenta a un texto dramático. Solo tiene acceso a personajes literarios, de papel; por el contrario, el personaje dramático aparece siempre en una situación escénica real.
 La interpretación del actor concretiza aquellos elementos del personaje que sobre el papel se dejaban a la imaginación, imponiendo una visión del texto y del espectáculo. El espectador que ni ha tenido acceso al texto literario, se encuentra ante una puesta en escena que debe ofrecer todas las claves para la recepción; por el contrario, es posible que el espectador que tuvo acceso al texto encuentre falta de correspondencia entre lo imaginario y lo visto. Se abre aquí un conflicto de difícil solución mientras no se impongan la perspectiva adecuada. Casi tan confuso como comparar personajes dramáticos con figuras históricas reales o adaptaciones de personajes novelescos.
El personaje dramático, insistimos, sólo existe en escena: antes de su representación no difiere de un personaje literario más, es decir, es papel. De este modo, la lectura de un personaje será siempre una recepción literaria o virtual, que no tiene por qué corresponder con la  recepción teatral. Esté tendrá sentido o no, será más o menos acertada por sí misma, pero nunca espera confirmar las expectativas textuales.
El actor como elemento fundamental en el concepto de personaje dramático, pues juega un papel activo no sólo en la ficción contada, sino en la comunicación escenario-sala, es decir, en la comunicación intra y extraficcional, de manera que se carga de significaciones, siendo el punto de encuentro de los demás elementos escénicos: luz, decorado, música, vestuario, entre otros. Es por eso junto a la función tradicional de enunciador de un texto y agente de unas acciones (para las que requería voz y cuerpo), haremos mención aquí e su papel en la creación del personale en escena, así como de todos aquellos factores que condicionan finalmente al personaje dramático, es decir, el intelecto, la sensibilidad, la responsabilidades sociales, o incluso cuestiones de estilo.
Unos de los puntos más discutidos respecto al arte del actor es su naturaleza creativa o interpretativa. Para Estelle Parsons no hay duda, el actor sólo interpreta:



“estas trabajando con la creación de otras personas. Y es cierto que puedes creas un personaje de las obas que alguien ha creado, pero yo soy muy consciente de que si intentase escribir una obra, una novela, o música, tendría que tener algo que decir, y como actriz, sólo tengo que estar de acuerdo o no estarlo {…}. Un arte interpretativo es, por supuesto, extremadamente creativo, pero es una parte secundaria del proceso”.

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